Diálogo interior
¿Te has parado alguna vez a observar lo piensas? Quizá la respuesta sea un no rotundo. En tal caso te invito a que puedas pararte un momento y observes el flujo de pensamientos, imágenes y sensaciones que vienen a tu cabeza. En caso de que la respuesta sea un sí, enhorabuena, cada día te conoces un poco más.
Para conectar con nuestro mundo interno debemos cerrar los ojos, fuera no hay nada que observar, todo se encuentra dentro. Pon atención a tu respiración quizá esto te sirva, o al menos te recuerde que estas vivo y que no eres sólo un cuerpo físico al que poder tocar, pintar y arreglar, sino que también eres un cuerpo emocional, es decir un cuerpo que siente emociones, un cuerpo que transmite sin palabras, un cuerpo que vive una realidad y que la puede sentir. Una vez que pongo atención en por ejemplo mi respiración puede observar como un mero espectador lo que está ocurriendo dentro de mí, es ahí cuando entro en contacto con mi diálogo interno.
También puedes conectar con tu diálogo interior cuando estás haciendo un esfuerzo físico, párate y mírate como te hablas, ¿aparecen mensajes del tipo “no puedo seguir corriendo, estoy cansado, me tengo que parar” o por el contrario aparecen mensajes orientados al logro “vamos, lo puedo conseguir sólo me quedan 3km”? conocer esto te ayuda a iniciar un cambio en tu diálogo interior.
Nuestro diálogo interior esta reinado por preocupaciones de la vida cotidiana, también por problemas del trabajo, familia, incertidumbres, anticipaciones, en muchos casos también por imágenes de recuerdos. No es hasta que no paramos nuestro ajetreo constante y centramos la mirada en nuestro interior cuando nos podemos dar cuenta de a cuantas revoluciones va nuestra cabeza.
En ocasiones nuestro diálogo interior está condicionado por mensajes que hemos oído hasta la saciedad, en muchos casos mensajes que se nos han dado en nuestra infancia, que hemos hecho nuestros y que hemos acabado por creer. “Eres desobediente” “Mal estudiante” “Mal hijo” estos mensajes nos pueden acompañar en nuestro día a día y no ponerlos en conciencia nos hace no poder cambiarlos. Desprendernos de estos mensajes en ocasiones es doloroso, y podemos caer en la confusión de no saber quién somos sin estas etiquetas, ya que por negativas que sean nos han estado acompañando a lo largo de nuestra vida y requiere un esfuerzo aprender a vivir sin ellas.
Saber qué me digo es clave para poder cambiar ese diálogo interior, en algunos casos se nos presenta ese eterno crítico que me recuerda lo bajita que soy o lo poco relevante que soy en mi puesto de trabajo; para los pies al crítico interno, cambia los mensajes que te das a ti mismo/a, seguramente te guste tratar bien a los demás y ¿por qué no empezar por uno mismo?. Tratate con amor, con compasión, abrázate como lo harías con un buen amigo.
¿Cuál es tu diálogo interior?
Yo quiero olvidar esas etiquetas y mensajes que decían de pequeña y que algunas veces me dicen , que niña más mala y siempre
a era yo mi prima era fantástica en todo para mi madre y yo era el patio feo hasta hace poco mi prima se separó de su marido y me dijo mi madre si me dicen esto no me lo creo me esperaba algo así de ti pero de ella nunca por que??yo no lo entiendo y yo siento y pienso con las de cosas buenas que he demostrado y hecho yo en la vida por que se han quedado con lo feo de mi por decir algo . Yo quiero olvidarlo y pensar que ella me dice que buena es, guapa, obediente. Etc
Muchas gracias por tu comentario M.J, me alegro que te haya servido para reflexionar a cerca de las etiquetas que en muchos casos se nos imponen desde una edad muy temprana. Aprender a vivir sin las etiquetas que nos ponen los demás se puede conseguir, además habiendo hecho consciente que esa etiqueta no te corresponde ya es un paso hacia delante para terminar desprendiendote de ésta. Un abrazo, Patricia
Mi diálogo interior, es que me tengo que quereme mucho más por que cuando me quiera más voy a ser más feliz.y mi cuerpo me va dar más oportunidades en la vida.
El diálogo interior es algo que tenemos que entrenar todos los días de nuestra vida; abrazarnos, sostenernos internamente es una muestra de amor hacia nosotras mismas que nos hace florecer hacia dentro y hacia fuera.
Me ha agradado este artículo, muchas gracias por compartirlo y sigue de esta manera.